Ricas galletas para el postre.
Están elaboras con una masa común de galleta, la diferencia está en los huevos. Si normalmente usamos un huevo, en esta receta usaremos tres. Por eso quedan con una textura más esponjosa.
Las debemos guardar herméticamente y en la nevera, ya que que con el calor se puede deshacer la cobertura de chocolate.
Es importante sacarlas diez minutos antes de servir, ya que si las servimos frías, pierden la textura esponjosa y quedan más crujientes. Aunque tal vez lo prefiráis así.
Se pueden decorar de distintas formas, jugando con el chocolate, aunque recomiendo dejar galleta descubierta, para apreciar mejor el sabor de la miel.
Resultan muy ligeras, perfectas para la sobre mesa. Pero debemos ir con cuidado porque de una sentada te las puedes acabar.
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