lunes, 25 de noviembre de 2013

Pan de nueces relleno sin amasado

Volvemos con un rico pan casero. Perfecto para el aperitivo o una buena cena.
Se trata de un pan con harina de nuez y relleno con piñones y pasas.
No obstante, lo podemos rellenar como más nos guste.


La receta es perfecta para principiantes ya que no requiere amasado. No obstante, requiere tiempo, ya que la deberemos tener en nevera unas 24 horas. Pero el resultado vale la pena. 
Nosotros la hemos adaptado de este libro de pan de casero de Ibán Yarza, 100% recomendable. 



Nosotros lo hemos rellenado con piñones y pasas, pero lo podéis adecuar a la comida que vayáis a servir. Por ejemplo, lo podéis rellenar de frutos secos deshidratados, para acompañara a un buen surtido de quesos o bien de chocolate para hornear, para la merienda. 

Ingredientes: Para 4 barras de unos 20cm. 

-475 gr de harina de fuerza
-25gr de harina de nuez (para obtenerla, cogemos nueces y las trituramos hasta que quede muy fina) le aportará un color oscuro a la masa y muchísimo sabor. 
-330gr de agua tibia
-10gr de sal
-5gr de levadura fresca ( la disolveremos en el agua, para que se nos integre mejor)
-150gr de el relleno deseado triturado.


*Aquí tenéis una muestra de como queda la harina de nuez, y el agua con la levadura disuelta. 

Proceso: 

En un bol, añadimos todos los ingredientes, excepto el relleno. Recordad, que previamente, habremos disuelto la levadura en el agua. 
Con una mano, empezaremos a amasar, y a mezclar los ingredientes. Un consejo práctico del libro, es mantener la otra mano limpia, para poder in girando el bol y llegar a todos los rincones. 
Una vez tengamos la masa bien ligada, ya la tenemos lista para el reposo. 
Debemos obtener una masa firme pero pegajosa. Si no queda pegajosa, podéis añadir más agua. 

Dejaremos reposar 5 minutos a temperatura ambiente, y a continuación, la doblaremos una vez, para ello, la estiraremos y la doblaremos sobre si misma una sola vez. 

Una vez echo, taparemos el bol con papel film, para que quede hermético y la guardaremos en la nevera durante unas 24 horas. 

Al dejar 5 minutos de reposo previo, conseguimos que el pan empiece la fermentación. La nevera, nos aportará, más sabor y conservación. 

Al día siguiente, el pan, habrá ganado volumen, casi tres veces mayor. Si no ha subido, lo podéis dejar fuera de la nevera una hora. 



El siguiente paso, es desmoldar el pan. Para ello, enharinaremos el mármol de nuestra cocina y volcaremos con cuidado la masa. 

Estiraremos la masa, con las manos, hasta conseguir un rectángulo de unos 40 cm de largo y unos 20 de ancho.  Lo cortaremos por la mitad dos veces, una en vertical y otra en horizontal. Hasta obtener nuestros 4 rectángulos, que formarán nuestras 4 barras. 
Si queréis podéis hacer dos largas. 

A continuación cogeremos barra a barra, la ensancharemos un poco y colocaremos el relleno en el centro. Enrollaremos, para que nos quede bien cubierto, y retorceremos la barra, para darle un acabado original. 
Siempre debemos mantener la zona de trabajo enharinada, para que no se nos pegue la masa. 



Para acabar, debemos dejarlas fermentar dos horas, sobre un papel de horno a temperatura ambiente. 
Si no queréis esperar, otra opción es usar el horno como fermentador. 
Para ello, calentaremos el horno a unos 120º y colocaremos las barras dentro, a una altura media, durante unos 30 minutos. Debemos dejar el horno entreabierto para que no se nos hagan. Solo queremos que crezcan. 

Cuando veamos que han doblado prácticamente su tamaño, las sacaremos del horno. 

Precalentaremos el horno a 250º y colocaremos en él, en la parte inferior la bandeja del horno. 
Cuando alcance los 250º grados, introduciremos la barras y añadiremos un vaso de agua en la bandeja inferior. Así conseguiremos un golpe de vapor, que hará que tengamos un pan más jugoso. 
Lo mantendremos a esta temperatura 10 minutos. 

Pasado ese tiempo, bajaremos la temperatura a 220º y las tendremos 25 minutos más. Debemos retirar la bandeja inferior. 

Cuando ya haya pasado el tiempo, tenemos unas barras listas para comer. 

Si lo deseáis, las podéis dejar 10 minutos más con el horno apagado, para obtener una corteza más crujiente. 

El resultado es deliciosos y 100% artesanal. 

Buen provecho. 





lunes, 18 de noviembre de 2013

Cupcakes de chocolate, caramelo y sal

Hoy una de nuestras mejores recetas, repleta de contrastes y texturas... Un placer para el paladar.
Se trata de un mini cupcakes (perfecto para comer de un bocado), de chocolate amargo y caramelo, con cobertura de caramelo y sal.



Una receta perfecta para el brunch, para la merienda o para la sobre mesa. Os prometo que os encantará. 




Ingredientes: Para 30 mini cupcakes (dependerá del tamaño de vuestros moldes)
Para la masa: 
-3 taza de harina común
-2 tazas de azúcar común
-8 cucharadas de cacao en polvo 100%
-3 cucharadas de caramelo líquido
-3 huevos
-1/2 sobre de levadura
-1 taza de leche entera
-1/2 taza de aceite de girasol
Para la cobertura:
-100gr de clara de huevo
-200gr de azúcar moreno
-220gr de mantequilla sin sal a punto pomada
-6 cucharadas de caramelo
-Una pizca de sal  en flor para decorar



Proceso: 

Para la masa: 

En primer lugar, añadimos todos los ingredientes secos en un bol, excepto el azúcar. Debemos tamizarlos para que queden bien separados los granos.
Paralelamente, en otro bol, batimos los huevos con al azúcar hasta que queden espumosos, a continuación, añadimos el aceite, la leche y el caramelo. No debemos dejar de batir. 

El siguiente paso, es mezclar la mezcla seca con la mezcla húmeda. Batiremos hasta que quede bien unido. 

Una vez tenemos la masa, la repartimos en el molde deseado. 
Hornearemos durante unos 25 minutos, por arriba y por abajo, a 160º. Siempre debemos precalentar el horno.

Cuando estén dorados, los sacaremos del horno y los dejaremos enfriar sobre una rejilla enfriadora. 
Cuando comprobemos que están hechos, debemos sacar un palillo, un poco húmedo, ya que si cualquier pastel de chocolate, lo dejamos hornear del todo, nos quedará muy seco. 



Para la cobertura: 

En un cazo, colocaremos las claras de huevo y el azúcar, y esté lo meteremos al baño maría. Lo calentaremos poco a poco, a fuego lento, sin para de batir, hasta que el azúcar se disuelva por completo. 
Preparamos un merengue suizo, lo común es hacerlo con azúcar blanco, no obstante, al usar un azúcar moreno, obtenemos un sabor que nos casara mejor con nuestra receta. 

Cuando tengamos el merengue, lo montaremos con la ayuda de un batidor de varillas. 
Una vez esté montado, añadiremos la mantequilla a punto pomada y cortada a dados. Debemos hacerlo poco a poco, ya que así se nos integrará mejor. 

Cuando esté bien mezclada, añadiremos el caramelo. Una vez esté todo bien integrado, colocaremos la masa, en una manga pastelera y decoraremos nuestros cupcakes. 

Para acabar, decoraremos con un poco más de caramelo líquido y un pellizco de sal. 

El resultado delicioso. 

Buen provecho. 



domingo, 10 de noviembre de 2013

Cupcakes de moras y nieve

Hoy os traemos una receta deliciosa y natural... con un contraste de sabores suaves que os hará sentir en las nubes.
Se trata de unos cupcakes de mora con cobertura de merengue suizo. Un básico que querréis repetir. 



Como todas nuestras recetas, es muy sencilla y muy resultona, y además podéis variar el sabor de la base, usando cualquier fruta, o chocolate, o galleta...

Ingredeintes: Para 12 cupcakes grandes

Para la masa: 

-3 huevos L
-2 tazas de azúcar común
-1/2 taza de aceite de oliva
-1 taza de leche entera
-3 tazas de harina común tamizada
-1/2 sobre de levadura
-2 cucharadas de pasta concentrada de Mora, nosotros usamos la de Sosa. Ideal, buenísima y muy natural.

Para la cobertura: 

-100gr de claras (3 claras L)
-200gr de azúcar común


*La pasta concentrada es fácil de conseguir en tiendas especializadas, y nos dará mucho más sabor en nuestros cupcakes que la fruta natural, ya que para obtener el mismo sabor, deberíamos usar mucha cantidad de fruta, que podría humedecer demasiado nuestra masa. 
Además, nos proporcionará un color natural preciosos. 

En este caso, os quedarán unos cupcakes morados preciosos. 



Proceso: 

Para la masa: 

En primer lugar cogeremos un bol y añadiremos el azúcar y los huevos, batiremos hasta que queden espumosos. A continuación, añadiremos el aceite y la leche sin dejar de batir. 
El siguiente paso es añadir todos los ingredientes secos. Siempre debemos tamizarlos para obtener una masa más esponjosa y homogénea. 
Batiremos bien, hasta que consigamos una masa bien unida. 
Finalmente, añadiremos la pasta concentrada, la mezclaremos bien y repartiremos la masa en el molde deseado. 

Hornearemos a 160º por arriba y por abajo, durante unos 25-30 minutos. 

Cuando estén dorados, los sacaremos del horno y los dejaremos enfriar en una rejilla. 


Para la cobertura: 

Mucha gente tiene miedo de realizar este merengue, ya que si no vamos con cuidado nos puede cuajar el huevo. Pero si lo hacemos con mimo y a fuego lento, obtendremos un merengue, suave, untuoso, aireado y perfecto para decorar. 

Para realizarlo, necesitaremos un cazo, donde añadiremos las claras y el huevo. A continuación, los haremos a temperatura muy baja a baño maría, debemos ir batiendo poco a poco, sin que llegue a hervir, hasta que el azúcar de disuelva por completo. Nos irá blanqueando. 
Cuando lo tengamos disuelto, montaremos las claras con unas varillas. 
Debemos tener paciencia, ya que estaremos al baño maría unos 10 minutos, y probablemente otros 10 para que nos suba. 

No hace falta esperar a que enfríen las claras para montarlas, ya que debemos recordad, que las claras en caliente montan más fácilmente. 

Una vez estén montadas, las colocaremos en una manga pastelera y decoraremos los cupcakes. 


Siempre debemos guardarlos en la nevera, no obstante,  este tipo de cobertura es ideal para  mesas dulces, ya que nos aguantará fuera unas 2 o tres horas sin problemas.

Buen provecho.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Tronco de invierno

Con ganas de invierno... hoy os traemos una receta típica de navidad. Se trata de un tronco de chocolate, perfecto para el postre o la merienda. 
Eso si, con una presentación a nuestra manera, en formato individual y con una corteza diferente. 



Como siempre, esta receta es muy sencilla, simplemente debemos seguir los pasos y obtendremos un resultado espectacular.

Ingredientes: 

Para la masa: 

-2 cucharadas soperas de Harina de maíz (maicena) tamizada
-4 cucharadas soperas de harina de trigo tamizada
-5 cucharadas soperas de azúcar blanco
-3 huevos grandes
-1 clara 
-1 pellizco de sal
-4 cucharadas soperas de cacao puro en polvo
-1 cucharada de postre de levadura
-1 cucharada de azúcar avainillado
-azúcar glas para decorar

Para el relleno: 

-500ml de nata para montar
-Azúcar común al gusto
-Cacao puro en polvo al gusto, tamizado

Para la cobertura: 

-90gr de mantequilla sin sal a punto pomada
-70gr de cacao en polvo puro 100%
-300gr de azúcar glasé
-85ml de leche entera



Proceso:

Para la masa:

En primer lugar, en un bol, mezclamos, la levadura, el cacao en polvo y las harinas.
A continuación, en un bol metálico ( ya que nos montarán más rápido) montamos las 4 claras de huevo, junto con la pizca de sal. Cuando estén formando picos, añadimos el azúcar y después las yemas. Debemos batir, continuamente, a una velocidad baja, para evitar que se nos desmonten las claras.  Una vez esté todo bien integrado, añadiremos los ingredientes secos, cucharada a cucharada. Es importante hacerlo poco a poco, para evitar que se nos baje la masa, debemos tamizarla previamente.

Una vez tengamos la masa realizada, debemos coger un bandeja de horno de unos 2 cm de alto máximo.  Colocaremos un papel de horno sobre la superficie, cubriendo toda la bandeja, y repartiremos la masa. Debemos cubrirla por completo. Nos podemos ayudar con una espátula. Os quedará una masa de casi 1 cm de alto.

Una vez, en la bandeja, hornearemos a una altura media, durante unos 10-15 minutos a 180º, por arriba y por abajo.

Pasado ese tiempo, debemos pinchar con un comprobador, y si este sale limpio, ya lo podemos retirar del horno. Debemos vigilar que no se nos tueste, ya que en caso de quedar crujiente, se nos romperá al enroscarlo.

Es importante, enroscarlo en caliente, para que no se nos rompa. Para ello, nos ayudaremos del papel de horno. Iremos enroscando la masa mientras lo desenganchamos del mismo papel.

Lo dejaremos enfriar enroscado.  



Para el relleno:

En un bol metálico, empezamos a montar la nata. Mientras va montando, le añadimos el cacao y el azúcar poco a poco. Os recomiendo ir probando el sabor, ya que es algo muy personal. Para ello iremos añadiendo cucharada a acucharada.

Una vez, la masa esté fría, la desenrollaremos y con la ayuda de una espátula, la cubriremos con la trufa. Una vez, repartida, volveremos a enrollar la masa.

Si lo deseáis, también lo podéis rellenar con nata y frutos rojos.

Para la cobertura: 

En un bol colocamos la mantequilla y batimos con una espátula o en caso de hacerlo con maquina con el gancho. Debemos hacerlo hasta que quede cremosa. A continuación, añadimos el cacao y el azúcar bien tamizados, para evitar grumos. 

Finalmente, añadimos la leche y seguimos batiendo con el gancho, hasta que obtengamos una masa cremosa sin grumo y densa. 

Para acabar la decoración, con la ayuda de una espátula pequeña, cubriremos el brazo. 
Previamente, dividiremos la masa en dos partes, una será un 80% de la masa y nos servirá para utilizar como tronco. El 20% restante, lo cortaremos en diagonal, y lo usaremos como rama. 

Colocaremos la rama en la parte superior del tronco, y como decíamos lo cubriremos con la crema de chocolate.  
Debemos dejar las marcas de la espátula ya que nos servirán para imitar la madera. Lo más importante, es seguir siempre la dirección del tronco para que sea lo mas realista posible. 

Nosotros hemos usado para decorarlo unas flores secas... 

Buen provecho.