Hoy traemos un clásico, que gusta a todo el mundo. Ideal para desayuno, postre merienda... Y además lo podemos acompañar con lo que más nos guste, desde un chocolate desecho, un poco de miel, helados variados... Se trata de un rico pastel de manzana.
Una de sus ventajas, es que se puede servir tanto caliente como frío. Mi consejo es que lo sirváis frío para desayuno o merienda, y caliente como postre. Y si encima, lo acompañáis con un helado, por contraste resulta delicioso.
Su elaboración es muy sencilla, y al ser una masa un tanto húmeda por el toque de las manzanas, nos durará sin secarse durante 4-5 días.
Ingredientes:
-Un vaso de yogur de leche
-1/2 vaso de yogur de aceite de girasol
-3 huevos batidos
-3 vasos de yogur de harina
-1 sobre de levadura
-2 vasos de yogur de azúcar moreno
-2 cucharadas de miel
-La ralladura de un limón
- 1, 1/2 manzanas Smith (es importante, utilizar esta manzana o las reineta)
En primer lugar, en un bol, mezclamos todos los ingredientes húmedos, los huevos, el aceite, la miel y la leche.
En otro bol, mezclamos los ingredientes secos, los tamizamos y los unimos a los ingredientes húmedos.
Mezclamos bien, hasta obtener una masa homogénea.
A continuación, añadimos la ralladura de limón y las manzanas. Éstas las pelaremos y cortaremos a tacos de 1 cm aproximadamente.
Finalmente, colocaremos la masa en un molde al gusto, y lo hornearemos a 180º por arriba y por abajo, durante unos 35 minutos (dependerá del horno). Siempre debemos precalentar el horno, para que nos suba bien el pastel.
Cundo esté dorado, lo sacaremos del horno, y lo dejaremos enfriar. Siempre nos quedará un pelín húmedo por el centro, ya que la manzana nos dará esa textura. Si lo hacemos demás, nos quedará muy seco.
Buen provecho.
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